La ‘rajada’ más salvaje, cruel e injusta
Márquez se equivocó. No hay discusión. Cometió un error o más bien dos. El debate si fue o no a propósito se ha puesto sobre la mesa, más que por las causas o motivos de su conducta por los antecedentes de su relación con su ‘enemigo íntimo’. Lo estaban esperando en la bajadita....
Márquez se equivocó. No hay discusión. Cometió un error o más bien dos. El debate si fue o no a propósito se ha puesto sobre la mesa, más que por las causas o motivos de su conducta por los antecedentes de su relación con su ‘enemigo íntimo’. Lo estaban esperando en la bajadita y algún día le iban a pasar la factura. El ‘príncipe destronado’ y su entorno nunca le perdonarán su osadía. El nuevo encontronazo es sólo un punto negro más en el disco duro de la memoria de los que no la tienen. Hablar ahora, como hace el súper campeonísimo Valentino, de falta de respeto a los adversarios; de miedo de rodar junto a un rival; de peligro; de no jugar limpio; de reincidencia; de pedir perdón delante de las cámaras, pero sin sinceridad; de la forma de correr y de destrozar el deporte, entre otras cosas, no es de recibo en este momento si se analiza con objetividad lo ocurrido en el Mundial de Motociclismo, como mínimo, en las dos últimas décadas. Por ejemplo, ¿alguien recuerda el ‘empujón’ de Rossi a Sete Gibernau en 2005 y en la última curva del circuito de Jerez? Trece años después ‘The Doctor’ dice: “Si empiezas a jugar de esta manera, si todos corrieran así, esto acabaría de muy mala manera. Por qué el puede hacer eso y el resto no pueden. ¿Por qué tenemos que correr así. Todos tenemos que ir con las mismas normas. Si no hacen nada, se va a convertir en un deporte muy peligroso”. Y tienen razón el mítico piloto y auténtica leyenda del deporte, pero con un sutil e importante matiz: ¿la ley del karma?
Márquez se equivocó. No hay discusión. Cometió un error o más bien dos. El debate si fue o no a propósito se ha puesto sobre la mesa, más que por las causas o motivos de su conducta por los antecedentes de su relación con su ‘enemigo íntimo’. Lo estaban esperando en la bajadita y algún día le iban a pasar la factura. El ‘príncipe destronado’ y su entorno nunca le perdonarán su osadía. El nuevo encontronazo es sólo un punto negro más en el disco duro de la memoria de los que no la tienen. Hablar ahora, como hace el súper campeonísimo Valentino, de falta de respeto a los adversarios; de miedo de rodar junto a un rival; de peligro; de no jugar limpio; de reincidencia; de pedir perdón delante de las cámaras, pero sin sinceridad; de la forma de correr y de destrozar el deporte, entre otras cosas, no es de recibo en este momento si se analiza con objetividad lo ocurrido en el Mundial de Motociclismo, como mínimo, en las dos últimas décadas. Por ejemplo, ¿alguien recuerda el ‘empujón’ de Rossi a Sete Gibernau en 2005 y en la última curva del circuito de Jerez? Trece años después ‘The Doctor’ dice: “Si empiezas a jugar de esta manera, si todos corrieran así, esto acabaría de muy mala manera. Por qué el puede hacer eso y el resto no pueden. ¿Por qué tenemos que correr así. Todos tenemos que ir con las mismas normas. Si no hacen nada, se va a convertir en un deporte muy peligroso”. Y tienen razón el mítico piloto y auténtica leyenda del deporte, pero con un sutil e importante matiz: ¿la ley del karma?
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